¿Qué es la Venta Directa?

Esa fue la pregunta que me hice hace casi 11 años, cuando me presentaron el negocio en el que estoy. Una pregunta que esconde todo un proceso de aprendizaje, formación y satisfacción que ahora, al escribirla, me ha incitado a recordar todos los pasos de mi trayectoria en segundos.

Es una pregunta que recibe multitud de respuestas, algunas de ellas erróneas. Para que lo compruebes por ti mismo, te reto a que preguntes a tus amigos, personas cercanas, familiares… y al igual que me pasó a mi te encontrarás con respuestas tan dispares como estas:

– Es un sistema americano.

– Eso es una secta.

– Se trata de una estructura piramidal.

– Es una venta que hay que ir a puerta fría.

– Tienes que ser agresivo para que te compren.

– Es una venta en caliente, debes convertirte en una persona sin escrúpulos.

– Eso es un trabajo para los desesperados.

– Sólo gana el primero que entra.

Y podríamos seguir así unas cuantas líneas más —por ello, te animo a que compartas con nosotros a través de un comentario en este post algunas de las palabras que te han dicho al preguntar—.

Una vez escuché todo esto y más, decide investigar dónde, cómo y para qué nació la Venta Directa; te puedo asegurar que pasé horas y horas buscando información de valor para saber en profundidad lo que envolvía dicha Industria. Me encontré la esencia, al igual que las centenares de empresas que están dentro de la Asociación de la Venta Directa. Una vez que inicié esta aventura también descubrí como se fue desvirtuando dicha industria en el mundo.

Ahora procedo a compartir contigo lo que para mí es la Venta Directa, al igual que la filosofía que llevamos en Rainbow, mi empresa:

Si nos remontamos a unos cuantos años atrás, observamos que la primera forma de intercambio de bienes, se produce con el trueque, raíz de lo que sería más tarde la Venta Directa.

Los primeros vendedores aparecieron en la Edad Media en Europa, en Inglaterra para ser más exactos —es decir, respetando a los americanos, en Europa estábamos en una línea de progreso—, eran vendedores ambulantes, conocidos como los “Chapmen”, quienes viajaban regularmente desde Escocia al norte de Inglaterra. Los viajes eran con productos que compraban y luego revendían de pueblo en pueblo, de casa en casa. En EEUU, más tarde aparecieron los Vendedores “Yankee”, quienes proveían de bienes y servicios a las comunidades aisladas hasta el siglo XIX.

Pues una vez leído esto, comencé a estudiar la historia de la empresa en la que iba a iniciar, destacando lo siguiente:

– Producto que se fabrica desde 1927 en EEUU.

– Instalaciones que se dedica a fabricar un único producto, dedicando parte de los beneficios al equipo humano al igual que a la mejora del producto.

– Estar presentes en 100 Países al igual que el los 50 Estados de EEUU.

– Llevaba 30 años en España, 40 en Francia, 50 en Suíza y Alemania.

– La distribución era Directa de Fábrica.

No sólo dejándome llevar por esto, comencé a comparar productos de la misma categoría, llegando a la conclusión que no había ningún otro con certificado y con trayectoria palpable y sólida como esta empresa.

¿Qué hice? Inicié en la Venta Directa, sin mayores conocimientos. Era hora de descubrir un nuevo camino empresarial. Mi trayectoria profesional estaba marcada por otro tipo de negocios —tema que iré compartiendo con vosotros—; para que sepas como he iniciado en las ventas, te daré unas pequeñas píldoras (estaremos juntos en

EDVE, sin embargo considero que antes de seguir, debes de saber mis primeros pasos para que luego entiendas la filosofía de mi empresa, al igual que le encuentres sentido a cada post que escriba).

¿Preparad@? Pues ahí va:

Cuando tenía 12 años pasaba varios días de mis vacaciones con mis abuelos por parte materna, por entonces disponía de una paga semanal. La recibía un domingo y un martes ya temblaba la escasez, pasando a veces a un miércoles que no tenía para mis gastos: tebeos, cromos de Panini, helados en la playa o jugar en la maquina virtual.

Tenía que pedir paga adelantada, hasta que llegó un día que mi abuelo me dice que se acabó. Me alertó de que al no saber gestionar el dinero, no podría tener dinero en mis manos.

En aquel momento el cabreo fue de ‘espectáculo’, sin embargo eso no me llevaba a ninguna parte y puse a funcionar posibles alternativas, acercándome a la profesión de mi vida:

LA VENTA DIRECTA

Yo y un amigo nos pusimos a vender tebeos y pomponcitos de lana en la calle. A los pocos días ya manejábamos dinero; a la semana ya íbamos a comprar tebeos de segunda mano para su reventa y el negocio fluía. Con todo, lo más importante es que desde muy joven ya me adaptaba al rechazo, a perder la vergüenza y a buscarme la vida. ¡Qué gran aprendizaje!

Continuará…

Javier Rivas

#EmbajadorEDVE

Si necesitáis algo, podéis contactarme por: Instagram, LinkedIn o en mi página web.