Pequeños detalles que pueden decidir una venta

Llevar a buen puerto una venta final es un trabajo continuo, formado por varios elementos entrelazados que pueden cambiar en cualquier momento al estar expuesto a todo tipo de imprevistos en la relación con nuestros clientes, tanto los actuales como los potenciales.

Como bien sabemos, una venta puede decidirse por aspectos aparentemente poco importantes pero que pueden decantar la balanza comercial en sentido positivo o en sentido negativo. En este artículo, queremos incidir en algunos de esos elementos, en ocasiones, podemos pensar que no son especialmente importantes pero que, en realidad, pueden ser tan importantes como el precio de venta al público.

El primero de los pequeños detalles que pueden decidir una venta que queremos destacar es la necesidad de generar una relación de confianza entre el vendedor y el cliente potencial. Para ello, debes cuidar al máximo el primer encuentro comercial, ya que de éste dependerá en gran medida los posteriores encuentros. En este sentido, el cuidado de la imagen externa es básica en nuestro sector, aunque no hay una sola fórmula mágica para acertar con esta primera impresión.

Pero no todo es la imagen. De hecho, en este primer encuentro comercial con un cliente potencial, hay un factor fundamental para generar la mejor impresión: la puntualidad. Ser puntual es señal de profesionalidad y de respeto a tu interlocutor. En cambio, la impuntualidad es un signo de falta de atención a tu trabajo y una falta de respeto a tu cliente potencial.

En este punto, un retraso en el primer encuentro comercial es servirle en bandeja una razón de peso a tu interlocutor para que encare la relación de modo negativo y rechace tus propuestas. En definitiva, cualquier pequeño detalle puede ser el factor decisivo para lograr el éxito en la venta final.

¡No te despistes de tus objetivos de ventas y persíguelos con todas tus fuerzas!