¿Se vende por el ojo? ¿Cómo debe vestir un comercial?

El famoso dicho de ‘la mujer del César no sólo tiene que serlo, sino también parecerlo’ es totalmente aplicable a esta situación. Vivimos en un mundo en el que la estética es fundamental y un aspecto cuidado y pulcro ayudan a colocar mejor un producto y a ganar la atención del cliente con mayor facilidad.

La presencia del comercial y vestir adecuadamente, es fundamental en las ventas. Tu presencia es la de la marca que representas. Es cierto que, según lo que vendas y el sector en el que te muevas marcarán bastante cómo debe ser tu indumentaria, pero siempre aparece la pregunta de qué debo ponerme la primera vez que visito a un nuevo cliente.

Tu cliente recibe el 50 % de la información que precisa de ti antes de comenzar la negociación, y son pequeños detalles los que al final pueden hacer que se decida por tu oferta y no por otra similar. ¿O continúas pensando que el precio y la calidad son suficientes para conseguir un cierre?

Hay varios motivos por los que las ofertas de mercado son cada vez más parecidas, como la aparición de las ventas online y la posibilidad de establecer comparativas a través de la web. Existe tanta posibilidad de mercado que cada empresa conoce al dedillo a su competidor directo, lo que se traduce en precios de mercado prácticamente idénticos. De aquí que tus artes para simpatizar con el cliente sean tan importantes, por lo que un buen aspecto siempre te ayuda.

Tu presencia no sólo es la de la marca que representas, es también tu personal forma de acompañar a tus palabras. Una presencia impecable puede llegar a ser clave en una venta. En otra, sin embargo, un look desenfadado puede ayudar a romper el hielo. En definitiva, tanto tu producto, como tu sector y tener referencias de como es tu cliente, te pueden ayudar a crear una buena primera impresión, basada en tu aspecto. Es por ello que surgen siempre diferentes posibilidades:

-El traje con corbata: un comercial debe vestir con gusto, sencillez y comodidad.  A veces, te verás obligado u obligada a llevar un traje con corbata, o si eres mujer un traje de chaqueta. Es posible que hasta te resulte cómodo según la fecha del año o tu forma cotidiana de vestir. El traje no sólo proyecta una imagen de seriedad y profesionalidad al exterior, sino que tiene un efecto inmediato sobre uno mismo. No hay persona que no aumente su autoestima cuando se ve bien vestido y, ya sea el caso de un hombre o una mujer, el traje colabora, gracias especialmente a la chaqueta. Si te gustan estas prendas, pero no el conjunto, guarda tus trajes para ocasiones diferentes y utiliza la americana.

-Americana: no hay nada más cómodo que una americana sobre una camisa o blusa. Puedes combinarla con vaqueros (intenta que no estén desgastados por el uso o que tengan un estilo demasiado moderno), chinos o cualquier pantalón que, no siendo de traje, te ofrezca una imagen más cercana y personal, combinada con la elegancia de una americana, lo que siempre se ha conocido como “arreglado pero informal”.

-Complementos: rehúye de esos complementos que dan una sensación de que estás deseando acabar de hablar para dedicarte a otros menesteres más ociosos. Estos te distanciaran de tu cliente, ya que él espera a un profesional durante el tiempo que haya decidido dedicarte a ti, no a una persona que coloca un producto para obtener un beneficio que sustente sus caprichos. Una vez que hayas solucionado su problema y hayas ganado su confianza, tal vez puedas sacar tu lado más personal y ocioso, pero no antes.

Siendo muy sintético y práctico, finalmente lo que mejor funciona es aplicar el sentido común. Lo más correcto y lo que hará que ambos, comercial y cliente, os sintáis mejor es vestir lo más parecido a tu cliente.

Si trabajas con abogados no te pongas botas de seguridad, pero tampoco vistas corbata de seda si te diriges a albañiles. Procura ir lo más apropiado posible en cada situación. Si tienes que realizar algún trabajo técnico no acudas con traje y si tienes que comer con tu cliente más importante no vayas en vaqueros.

No desestimes la ayuda de tu vestuario a la hora de afrontar una reunión comercial, aunque un traje no acaba en sus puños o en su cuello, tú eres una extensión de él. Aprende a llevar traje o americana o no te lo pongas, en función de que desentones o no en el marco en el que se desarrolla tu trabajo, pero sí es cierto que tus primeros diez segundos son fundamentales, y si has elegido usar traje y sabes andar con él, este tiempo será un aval para el resto de la visita comercial.